jueves, 28 de julio de 2022

Masaje

 - Estoy muy estresada.- dijo con un suspiro.- Estoy segura que este masaje me ayudará a relajarme un poco.

- Desde luego.- le respondí en mi más profesional tono.- Ahora por favor pase detrás del biombo, quédese lo más lijera de ropa posible y rescuestese en la mesa de trabajo. Me avisa cuando esté lista

No pude evitar mirar su silueta desnudarse destrás del biombo, esas curvas y figuras desataron mi imaginación y encendieron la flama de lujuría.

Sin embargo debía mantenerme lo más profesional posible, ella era mi cliente y este era mi trabajo.

- Ya estoy lista.- se escuchó desde el fondo

Salí y la encontré boca a bajo, con la espalda descubierta y la sabana cubriendo exactamente el incio de de sus caderas.

Llevaba el cabello recogido para facilitar mi trabajo, su piel era blanca y tersa, una docena de lunares cruzaban su espalda como una constelación.

Comencé a trabajar, le puse aceites esenciales, prendí incienso para mejorar la atmosfera y puse una playlist de jazz y bossa nova para que se relajara.

Mis manos comenzaron a volar sobre su cuerpo, sobe su cuello y desaté algunos nudos de estrés. 

Ella solo gemia un poco y sentí como se empezaba a relaja, masajie su esplada, brazos, piernas y pantorrillas,

En uno de mis recorridos sení su mano palpar mi entrepierna, me sorprendí y salté pero me encontré con su mirada traviesa.

- Ven.- me dijo

Sin dejar de hacer el masaje, sentí como desabrochaba mi pantalón y bajaba mi boxer para encontrarse con mi miembro erecto y palpitante.

Lo frotó en sus manos, pasó sus labios por el glande mientras mis ojos se ponían en blanco. Intenté lo más posible no desconcentrarme pero al sentir su lengua en mi pene no pude sofocar un gemido

Ella se incorporó y empezó a besar y succcionar tanto mi falo como mis testiculos, con la otra mano acariciaba mis piernas y trasero.

Yo la sujete de la cabeza y le marqué ritmo, pase mis dedos por su cabellera y toqué el cielo.

Me aparté de ella y fuí hacia sus pies, retire la sabana y me maraville al ver su culo blanco, firma y levantado. 

Ella abrió las piernas y me mostró su sexo humedo y tentador.

Separé sus piernas y me hundí entre sus nalgas para saborear cada centimetro de su ser. Pasé mi lengua por su vulva, mordí su clitoris, bese su culo y la hice venirse en mi boca.

Ella gemia y suspiraba.

La voltie y comencé a besar su cuello hasta llegar a sus pechos, lamí esos peszones rozados y metí un dedo en ella. 

Al sentirla húmeda nuevamente decidí que era momento de penetrarla, así que me quité el resto de mi ropa y comencé a hacerla mia de manera tierna al tiempor que besaba su boca y sentía su lengua.

Ella me empujó y me hizo señales de que me tendiera en la mesa; obedecí para que ella se montará en mi y me cabalgará de manera salvaje.

La escuché gritar y estremecerse, había conseguido tener otro orgasmo. Siguió sacudiendose hasta que me hizo terminar dentro de ella.

Nos quedamos tendidos, cubiertos de aceite, sudor y lujría. El aroma de incienso mezclado con sexo hizó el moemento extaordinario.

No puedo esperara para su siguiente cita.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Mi tia Gaby


 

Esta historia comienza cuando yo tenía 14 años, mis padres me dejaban pasar las en la capital en casa de mi tía. Yo estaba en plena adolescencia hecho un manojo de hormonas y aunque la idea de pasar mi verano con una solterona no era precisamente algo por lo que cualquier chavo diera la vida, había algo que me inquietaba de ello.

Ese algo era mi tía Gabriela, en ese entonces habría tenido unos 40 años, y aunque no era un cuerazo de mujer la verdad es que para un escuincle calenturiento, era toda una fantasía. Era chaparrita de tez blanca, medio gordita, de cara muy bonita y con un par de tetas impresionantes, además de un generoso trasero que me volvía loco.

Por lo que estaba dispuesto a sacrificar mi tiempo libre por la oportunidad de poder espiarla rezando a Dios que tuviese la fortuna de verla desnuda. Y es que en visitas anteriores había encontrado que la puerta del baño, como era casa antigua tenía una cerradura con un ojal muy grande que me permitía ver hacia el interior del baño.

Así llegue muy motivado esperando con ansia la mañana siguiente donde tendría la oportunidad de verla como Dios la trajo al mundo.  Por lo que al día siguiente me desperté muy temprano, poniendo atención a cada ruido para encontrar el momento ideal de espiarla. En cuanto escuche sus pasos hacia el baño y el cierre de la puerta corrí lleno de ansia y nervio para asumir mi posición.

Temblando pude ver como se quitaba el camisón mostrando unas pantaletas blancas y su espalda desnuda, abrió la llave de la regadera y a continuación se quito los calzones mostrándome un increíble culo blanquito y carnoso. Yo estaba reventando de gozo y nervios y así me mantuve el resto de su baño donde pude apreciarla completamente desnuda. Sus enormes tetas mojadas y su vagina con escasos bellos castaños.

Mañana tras mañana las espiaba en su baño matutino, disfrutando cada centímetro de su cuerpo y a continuación me hacia unas tremendas chaquetas en su nombre fantaseando con poseerla de mil maneras.

Hasta ahí había sido el verano tal y como yo ansiaba, hasta aquella mañana de martes donde todo cambio de una forma inesperada.

Esa mañana como todas estaba en mi posición viéndola  como se secaba las piernas inclinada balanceando sus enormes tetas exactamente frente a mi. De pronto por la emoción, perdí el equilibrio y me estrelle contra la puerta haciendo tremendo ruido, ella al escucharlo alzo la vista y se encontró con mi mirada al otro lado de la cerradura.

-          Raymundo.- grito.- que estas haciendo.

-          Naaada.- dije muerto  de miedo..- me estaba abrochando los zapatos

Salí corriendo de ahí nervioso y asustado temiendo lo peor.

Todo ese día yo estaba con el alma en un hilo sin poder siquiera mirarla a la cara. Mas no hizo ningún comentario al respecto, comimos con silencio sepulcral y trate toda la tarde de evitarla.

En la noche, ya en mi cuarto viendo la tele, pensé que la había librado y que si bien no había creído mi estúpida excusa, no iba ya a hacer nada al respecto.  Estaba ya entrando en calma cuando entro a mi cuarto.

Estaba vestida con su bata de siempre y el pelo recogido, se rostro estaba serio y me miraba enojada.

-          Raymundo, es momento de hablar de lo que paso en la mañana.

-          Pero ya te dije que paso

-          No te hagas el tonto, bien sabes lo que paso, me estabas espiando, y no es la primera vez ¿verdad?, llevas todo el mes viéndome encuerada.

Me quede mudo de la impresión, no sabía que hacer o decir.

-          .. asi que le voy a tener que decir a tus papás..

-          No, por favor no les digas, me van a matar.

-          Mmm ok no les diré, pero esto no se puede quedar así, voy a tener que castigarte para que aprendas a no espiar a las mujeres. Y para que veas lo que se siente que te vean sin ropa vamos ir igualando las cosas, así que levántate ahora mismo, voltéate y quítate toda la ropa.

Me quede petrificado, ¿en verdad me estaba pidiendo que me desnudara frente a ella?.

-          ¿Qué esperas?.- grito.- párate ponte de espaldas a mí y desnúdate.

Lleno de miedo y pena me levanté de la cama, me puse de espaldas a ella, me quite la camisa, la camiseta, los tenis, calcetines y pantalones. Quedándome únicamente en bóxers

-          ¿Qué parte de quítate todo no entendiste?,  bájate los calzones.

Rojo como tomate, me baje los bóxers quedando completamente desnudo frente a ella. Como estaba de espaldas no podía ver su reacción, solo sentí su mirada en mi espalda y trasero durante minutos que me parecieron una eternidad.

La extraña situación, a demás de resultarme humillante, me pareció sumamente exitante, por lo que tuve una erección descomunal.

-          Que bueno que estoy de espaldas y no puede verla.- pensé para mis adentros, cuando de pronto escuche.- Ahora gírate hacia a mi.

Gire y e intenté taparme con las manos mi miembro para tratar de  disimular mi erección.

-          No te tapes, pon las manos sobre tu nuca.

Lo hice inmediatamente, con la vista en el suelo muerto de pena.

-          Vaya que has crecido Rafaelito, y parece que te gusta mucho estar encuerado frente a tu tía. Ahora ya sabes lo que se siente que te vean sin ropa, pero esto aun no ha terminado. Vamos a darte un par de nalgadas para que aprendas, así que voltéate, inclínate y pon las manos sobre la cama.

Con la mirada perdida, lleno de pena pero increíblemente excitado obedecí sus palabras y asumí la posición que me indico. Quede a su merced completamente desnudo y con la cola al aire esperando unos minutos que me parecieron una eternidad.

De pronto ¡plash! Su mano se impactó en mi nalga derecha.

-          Cuéntalas.-  grito.

-          Una.- murmuré.

-          Y dime gracias Tía bonita.

-          Dos, tía bonita

-          Tres tía bonita

Y así soporte 20 fuertes nalgadas y al terminar me dijo que no me moviera, a continuación separó con una mano mis nalgas y sin previo avisó me introdujo un dedo en mi ano. Yo grite de la impresión.

-          Calla perrita.- me dijo mientras continuaba penetrando mi cola.- aguanta 2 minutos y además de perdonar tu ofensa te daré un premio.

Así que mordiendo la almohada deje que mi tía me cogiera; al finalizar con los ojos llorosos me di vuelta y la contemple con una sonrisa en los labios.

-          Muy bien niño, ahora te toca tu premio.- dijo abriéndose la bata para mostrar su cuerpo desnudo apenas oculto por una diminuta tanga negra.- recuéstate y cierra los ojos.

Me acosté y sentí como tomaba mi verga y comenzaba a jugar con ella hasta darme una erección completa, después la colocó en su boca y me dio una mamada fenomenal que me hiso correrme en su boca.

Al finalizar se levantó me dio un beso en los labios y me dijo

-          Si no dices nada Ray, todas tus vacaciones prometo que te la pasaras en la gloria.

FIN